Es éste uno de los oratorios más conocidos de la historia, cuyo famoso Aleluya se ha convertido en uno de los más famosos fragmentos de la música barroca.
Consta de una orquestación monumental acompañada por un grandioso coro que realiza tanto pasajes homofónicos como fugados. En Haendel muchos coros como éste se identifican con el pueblo, de tal manera que resultan aún más emocionantes.
El final, en el que la cadencia final es precedida por un emocionante Adagio, es típico de Haendel.
Si quieres escuchar este famoso fragmento aquí tienes la versión de un clásico, Christopher Hogwood:
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