Un análisis musical tradicional es aquel en el que se van describiendo los elementos de la partitura, sacando conclusiones debido a que la obra se parece a un modelo determinado, a una forma musical concreta.
Esto es lo que hacemos cuando describimos el primer movimiento de la Sonata para violín y piano "Primavera", de Beethoven. En este caso tenemos un modelo que es la Forma Sonata de Primer movimiento, caracterizada por la presencia de una Exposición, un Desarrollo y una Reexposición.
La alternancia de temas o texturas diferentes, y de tonalidades, que establecen de manera clara el ciclo de quintas y afianzan el sistema tonal es la esencia, que muchos llaman dramática, de este tipo de forma, entendiendo dramática en el sentido de la presencia de un planteamiento que a lo largo de la obra logra un desenlace.
Muchas otras cosas podríamos decir de esta sonata, un prodigio melódico y armónico, pero sobre todo una manifestación más del ingenio de Beethoven al crear melodías prodigiosas e inmortales.
Ahora sólo nos queda oírla, en la interpretación de un clásico, David Oistrach.
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