Sinfonía Fantástica

No vamos a añadir nada nuevo a lo que se ha dicho y escrito sobre esta archiconocida sinfonía, uno de los símbolos del Romanticismo y de la Música Programática. Unicamente vamos a resumir y reproducir  lo que dicen Plantinga, Einstein, Grout, Tranchefort, Alberdi (Laberinto), Casares (Everest), Echeverria (Magisterio Español) o Grau (Santillana). También, cómo no, hemos dejado hablar a la propia música y a la mismísima partitura, desde la edición de bolsillo de Dover. Todo ello, para comentar la audición del tema correspondiente de Bachillerato.

La Sinfonía Fantástica fue estrenada en la Sala de Conciertos del Conservatorio de París en 1830, y ya desde el principio suscitó vivas polémicas debido a su original orquestación y a su programa. Dijo Fétis al oírla (en palabras de Plantinga):
"En una palabra, ví cómo carecía de ideas melódicas y armónicas interesantes, y he llegado a la conclusión de que siempre escribirá como un auténtico bárbaro, pero también pude comprobar cómo tiene un gran instinto para la instrumentación (...)"

El público recibió un panfleto a la entrada, o un folleto, como diríamos ahora, donde se explicaba la "historia" o el argumento, podríamos decir, de la Sinfonía: "El diseño de este drama musical, que carece de texto alguno, necesita ser explicado previamente. El siguiente programa ha de ser entendido como el texto de una ópera". Este es el principio de la música programática, que ya conocemos por otros autores como Liszt, y cuyos antecedentes remotos se encuentran en Las Cuatro Estaciones de  Vivaldi y en la Sinfonía Pastoral de Beethoven.

El argumento se resume en lo siguiente: el artista, un joven enamoradizo y temperamental, se enamora de manera irremediable, y en una serie de escenas que constituyen la Sinfonía se le aparecen diversos cuadros de su amada: aparece en un baile (2º movimiento), en el campo (3º movimiento), y hasta en su propia ejecución a manos del artista (4º movimiento), que también sufre la guillotina por su asesinato. También la ve en un aquelarre de brujas, pero en estas últimas situaciones las escenas se producen entre sueños del propio autor, provocados por el opio.
Este programa, que ya Berlioz había ido desgranando en la prensa de manera dosificada en los dias anteriores al estreno, tiene tintes autobiográficos y se basa en la pasión que él mismo estaba sintiendo por la actriz Harriet Smithson, a la que había visto actuar en el papel de Ofelia.

La idea fija, o tema recurrente, simboliza la amada, y se manifiesta a lo largo de toda la sinfonía, sufriendo, eso sí, diversas transformaciones.Berlioz dice explícitamente en el Programa: "Cada vez que aparezca la imagen de la amada en la mente del artista, ello se relaciona explícitamente con un pensamiento musical".
 Vemos su primera aparición (subrayado de azul) en el compás 72 del Primer movimiento:

Este tema aparece, como hemos dicho, a lo largo de toda la obra, a modo de motivo conductor o motivo identificativo, y simboliza también la obsesión del autor por su amada. Aquí lo tenemos al primcipio del 3º movimiento, en dos apariciones sucesivas:


Vemos que se trata de un motivo muy del gusto romántico, una melodía que tiene poco de cuadrada, lírica, en la cuerda, con reminiscencias de una obra suya anterior.

Los movimientos de la obra son los siguientes:

I. Ensueños y pasiones. El artista se siente como apoderado por una pasión, en parte favorecida por los efectos del opio, y con todas sus consecuencias. Esta pasión y esta obsesión se reflejan en el tema anteriormente citado.
II. El baile.Este movimiento, en forma de vals, provoca una sensación de irrealidad, favorecido por la aparicion de las arpas, que resultan ser casi solistas en algunos puntos.
III. Escena en el campo. Se ha dicho comunmente que este movimiento ha sido inspirado directamente por la Pastoral de Beethoven, puesto que consiste en una escena campestre con negros presagios al final, simbolizados por un trueno.
IV. Marcha al suplicio. Este es el comentario propuesto para nuestra audición, y en él nos vamos a detener con un poco más de detalle. En él el autor sueña que ha matado a su amada y que es conducido al cadalso, siendo guillotinado (el efecto es espectacular). Está construido sobre dos temas bien diferenciados.

El primero, en Sol m,enunciado por la cuerda, es sombrío y lastimoso, en una escala descendente:

Aquí puedes escucharlo:



El segundo, contrastanto totalmente, es una fanfarria a modo de marcha (para conducirlo al cadalso), en Si b M. También puedes escucharlo a continuación:


 Esta marcha está inspirada en una antigua marcha compuesta años atrás por el propio Berlioz y proporciona un contrapunto muy interesante en el conjunto del movimiento.


Después de momentos de gran tensión se acaba con el golpe seco de la guillotina, justo después de que el tema de la amada reaparezca en el clarinete que corta los temas anteriores, sobre todo el último.
Uno de los aspectos más destacados es , como hemos dicho, el de la instrumentación, donde destaca la aparicion del oficleide, la utilización de las cornetas y la progresiva ampliación del papel y el número de la percusión. Aquí vemos el principio de este IV movimiento:



V . Sueño de una noche de Sabat. El él el cadáver del protagonista es rodeado por espíritus y brujas, mientras se oye el tema omnipresente. Sin embargo este tema se combina con otro, que es el Dies Irae, repetido numerosas veces pero que por primera vez aparece en la tuba:


En conjunto podemos hablar de una sinfonía imprescindible, en la que la música se convierte en el vehículo más importante de la expresión de los sentimientos, con o sin la ayuda de la palabra.

Ahora, si quieres, puedes hacer un ejercicio similar a los que encontrarás en los exámenes PAU:
Pincha AQUÍ.




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