En este libro mezcla recuerdos personales con reflexiones sobre el mundo de la música y añade consejos para todo aquel que quiera dedicarse a este oficio. Es sumamente interesante, por tanto, para cualquier persona que quiera conocer en profundidad los entresijos del director de orquesta pero también las vicisitudes que a veces debe vivir cualquier persona que realice estudios musicales.
Como muy bien dice la contraportada, "el director de orquesta se enfrenta al doble reto de todo líder: marcar unos objetivos compartidos por todos, que respeten la capacidad y la intuición artística de cada uno de los miembros del equipo, y lograr que estos objetivos trasciendan en una interpretación que emocione y entusiasme al público". Difícil reto.
La autora, acostumbrada desde pequeña a la disciplina y el trabajo que exigen el estudio de la música, dice, por ejemplo:
"Muchas veces, un desconocido te pregunta por tu posición, y al responderle que eres músico, en ocasiones dice "¿Y solamente músico?" Como si la música fuera una actividad complementaria de otra actividad laboral, digamos, más "formal".
En otro momento (p. 51) hace otra interesante reflexión:
"Todas las profesiones tienen su trastienda, su lado más árido, pero en el caso concreto de la música hay mucho desconocimiento de lo que es el trabajo previo".
En fin, un libro lleno de valoraciones y experiencias sumamente enriquecedoras para cualquier persona que se acerque a la práctica musical.
Nos quedamos con esta frase de la página 41:
"La música es esencial para fijar el carácter, guiar el sentido ético de la persona y potenciar el desarrollo de todas sus habilidades, amén de sembrar en los más jóvenes el sentido del valor de las cosas"
Me quedo con esta última frase. En cuanto pueda leo el libro. ¡Gracias!
ResponderEliminarEste blog siempre es un excelente lugar para enterarse de todo lo que se publica relacionado con la música. ¡Gracias también!
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