"Primero fue el acertijo y, cuando éste se arropó con el verso, nació la adivinanza, una pequeña y valiosa joya poética de nuestra literatura popular (...).
"La adivinanza española es tan abundante que su nombre se crea, recrea y multiplica semánticamente a lo largo y ancho de nuestra geografía. Por ejemplo, a nuestro paso por el Principado de Asturias la adivinanza nos salió al encuentro con nombres tan bellos como adivinancia, adiviña, cosadiella, cosadietcha, cosadina, coselía, cosidiella, cosiliega, cosiquilla, cosiquiellla, cousadiella, cousadietcha, couselía, cousellía, cousillía, cousequía, cousiña, etc.".
Esto es lo que dicen Jose Luis Gárfer y Concha Fernández en el Prólogo de su libro Adivinancero Antológico Español, publicado por Ediciones del Prado en 1994.
Por lo que se refiere al arte musical existen en nuestra literatura preciosas adivinanzas:
Adivina, adivinanza,
tiene tripas y no panza.... el arpa (pág. 180).
Ésta es muy fácil:
Negrito soy y redondo
y estoy lleno de ranuras.
Soy musical, hablo y canto
cuando me pincha una aguja,
bajo la cual voy girando..... el disco (pág. 182)
Sobre uno de los instrumentos musicales que nos identifica:
En la cabeza, los dientes,
y en la barriga, la boca;
cuando las tripas me tocan,
hago bailar a la gente
Tiene puente y no es río,
tiene madera y no es mueble,
tiene cuerda y no es reloj.
¿Hay alguien que me la acierte?..... la guitarra (las dos en la pág. 183).
Otro instrumento:
Cien amigos tengo
sobre una tabla
y si no los toco
ellos no me hablan
En una larga abertura
tengo yo mi dentadura,
y luego que empiezo a hablar
todas mis piezas se mueven
sin poderlas yo parar..... el piano (las dos en la página 186).
Y por último, una importantísima:
¿Qué cosa es la que se rompe
con sólo decir su nombre?
.... el silencio (pág. 187)
hola
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